Chiapas
12


Antonio Paoli
Lekil kuxlejal
Aproximaciones al ideal de vida entre los tseltales *

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Presentación

Ana Esther Ceceña,
La territorialidad de la dominación. Estados Unidos y América Latina

Boaventura de Sousa Santos,
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución

Julio C. Gambina,
Resistencia internacional a la globalización neoliberal


DEBATE

Atilio A. Boron,
La selva y la polis, Interrogantes en torno a la teoría política del zapatismo

John Holloway,
La lucha de clases es asimétrica

Emir Sader,
La izquierda latinoamericana en el siglo XXI

Sergio Tischler,
La crisis del sujeto leninista y la circunstancia zapatista


PARA EL ARCHIVO

Antonio Paoli,
Lekil kuxlejal. Aproximaciones al ideal de vida entre los tseltales

Joaquín Giménez Héau,
ICBG: laboratorio global o negocio redondo

Entrevista con Digna Ochoa y Rafael Álvarez


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Indice del Chiapas 12

Chiapas 12


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Con este trabajo queremos aproximarnos a la manera como los tseltales[1] piensan el mundo bueno, a lo que ellos quisieran que fuera y que en gran medida es, o ha sido y ha dejado de ser. Queremos mirar su modelo del buen vivir.

Al parecer, el contraste entre lo que ven y lo que quisieran ver es ya un fermento revolucionario. Sin embargo, aquí no nos detendremos en su perspectiva revolucionaria. En este artículo más bien hemos querido explorar sus ideales de paz y de vida cotidiana armónica. Su cotidianidad, más que su epopeya; sus valores, sus formas de apreciar la vida, la gente y las cosas; introducirnos a cómo quisieran que fuera el mundo, la pareja, la familia; sus ideales de integración, de solidaridad íntima, de justicia, de autonomía personal y colectiva.

Queremos acercarnos a sus sueños; a su poética más que a su política, a su sensibilidad más que a su lucha, a los caminos de su creatividad personal más que a su airado grito de guerra. Porque su declaración de guerra, de esta guerra larga y dramática, inclemente y sórdida, se sostiene gracias a sus sueños de paz y de armonía, de igualdad, de unidad, de autonomía, de cooperación y de justicia.

Lekil kuxlejal y la paz

Lekil kuxlejal es la vida buena por antonomasia. No es una utopía porque no se refiere a un sueño inexistente. No, el lekil kuxlejal existió, se ha degradado pero no se ha extinguido y es posible recuperarlo. No sólo pertenece a este mundo, también al más allá.

Veamos al lekil kuxlejal desde uno de sus aspectos fundamentales: la paz. La concepción de paz entre los tseltales supone la dimensión sagrada y perfecta del silencio. Aproximémonos a esta visión y con ella a la idea de lekil kuxlejal. Posteriormente contemplaremos cómo se aplica la idea de perfección del lekil kuxlejal como fundamento moral de la vida cotidiana.

Un factor necesario, clave para que haya lekil kuxlejal, es la paz (slamalil k’inal), por lo mismo son dos conceptos inseparables. Hay lekil kuxlejal cuando existe slamalil k’inal. Iniciemos con una canción llamada slamalil k’inal.[2] Escogimos esta canción porque presenta una concepción muy generalizada sobre la paz en el mundo tseltal.

K’alal ay slamalil k’inal
tse’el ko’tantik yu’un
k’alal mayuk wokolil
ta yohlil komonaltik
Yah kalbeyex awayik

Swinkilelex jlumaltik
jbankil, wix, kitsinab
jbahtik jun nax ko’tantik jpisiltik
manchuk ya jch’ujuntik lo’loyel
yu’un jich pajaluk ko’tantik

Tse’el k’inal ya ka’aytik
jich bin’ut’il jamal mutetik
jichucotik bin’ut’il
ya xwihlik ta bahlumilal

K’alal ay slamalil k’inal
tse’el ko´tantik yu’un
k’alal mayuk wokolil
ta yohlil komonaltik

Jich bin ut’il ek’etik
xlip lajan ta toyol
jich nix te jahetik
xnibet ta bahlumilal

Ja yu’un bayel sk’oblal
te slamalil k’inal
jich bin’ut’il te k’ajk’al
ya sakubtes te bahlumilal

[Cuando estamos en paz
por eso mismo está contento nuestro corazón
cuando no hay problema
en nuestra comunidad

Les digo y ustedes activamente escuchan
Señores de nuestro pueblo
hermanos y hermanas mayores, hermanitos
intersubjetivamente somos todos un solo corazón
nosotros no creemos, no adoramos al engaño
porque hay igualdad en nuestros corazones

Sentimos al ambiente que sonríe
así como los pájaros del campo
así somos nosotros como ellos
que vuelan por el mundo

Cuando estamos en paz
por eso mismo está contento nuestro corazón
cuando no hay problema
en nuestra comunidad

Así como las estrellas
que brillan en lo alto
así como las aguas
que fluyen tranquilas por el mundo

Por eso hay mucha importancia
en la paz
así como la hay en el sol
que ilumina el mundo]

Esta canción, como creación cultural, constituye una síntesis de elementos clave y modalidades asociativas que los tseltales reproducen con frecuencia cuando hablan del slamalil k’inal y del lekil kuxlejal.

Detengámonos un poco en las palabras slamalil k’inal, traducidas normalmente como "paz". Veamos cómo está compuesta la asociación de sus elementos: s es un prefijo que hace las veces de un pronombre posesivo de tercera persona antes de consonante; lamal significa silencio; il es un sufijo que, al añadirlo a lamal, hace que esta palabra signifique el silencio por antonomasia o el máximo del silencio; k’inal es una palabra que significa medio ambiente. Cuando nos referimos al medio externo hablamos de ecosistema, cuando nos referimos a la interioridad del individuo hablamos de la mente.

El prefijo s ya nos indica que hablamos de la paz de alguien, del silencio de alguien, ya que en tseltal, como en otras lenguas mayas, al parecer todos los entes, personas u objetos son sujetos que influyen y son influidos dentro de una constante interdeterminación, una constante intersubjetividad.[3] En este caso ese "alguien", poseedor del lamalil k’inal, es un sujeto colectivo, una congregación de personas que se influyen mutuamente y conforman la comunidad.

Así, en el párrafo segundo el k’inal se refiere al medio ambiente externo conformado por una unidad donde todos influyen y toman la influencia de los otros para formar "un solo corazón".

En la canción se nos habla explícitamente de la interdeterminación intersubjetiva entre los humanos:

jbankil, wix, kitsinab
jbabhtik jun nax ko’tantik jpisiltik


[hermanos y hermanas mayores, hermanitos
intersubjetivamente somos todos un solo corazón]

Slamalil k’inal es un estado de silencio de la persona, de su mente. También es un estado de armonía del ecosistema. Realidad colectiva donde naturaleza y sociedad están necesariamente integradas, bien avenidas y conforman el lekil kuxlejal.

Los tseltales y los tsotsiles hablan de la paz como de una cuestión social y cósmica, aunque experimentada por el individuo.

Slamalil k’inal supondrá normalmente la unidad de voluntades que intersubjetivamente la generan y así conforman jun nax ko’tantik (un solo corazón). La paz interna no es ajena a esta interdeterminación colectiva. Si alguien está en paz en su mente, en su k’inal interior, normalmente es porque vive alguna forma de armonía colectiva donde nos incluimos todos (sbuts k’inal yu’un jpisiltik). Esto constituye al lekil kuxlejal, y este kuxlejal (vida) no pertenece sólo a este mundo y a esta vida material; es una de las diversas dimensiones a que viajará el ch’ulel (el alma) cuando deje aquí en la tierra el cuerpo que hoy posee.

El tseltal y el tsotsil al hablar de paz hablan de silencio (lamal) y ésta es una cuestión sagrada. La siguiente anécdota parece aclarar la cuestión.

Una noche, antes de cenar, los promotores del Comité de Derechos Humanos Fray Pedro Lorenzo de la Nada seguían con gran recogimiento un pat o’tan (saludo del corazón), que es una advocación en tseltal donde se le da gracias a Dios o se le pide algo. Una persona conduce y otra va hablándole a Dios a partir de lo que el anterior ha dicho. Manuel Hernández Pérez, secretario ejecutivo del comité y promotor tseltal de la comunidad de Santa Cruz, ubicada allí donde nace el río Perla, se tapó los ojos con la mano derecha. Terminado el pat o’tan le pregunté: "Manuel ¿por qué te pones la mano sobre los ojos?", y me respondió en castellano: "para atraer el silencio". Esta práctica es muy frecuente.

Mirando estos comentarios posteriormente nos explica Manuel que el silencio es para respetar la palabra:

Sok nix ja jun yich’el ta muk’te jTatik ta Ch’ul Chan. Sok nix tey yax chiknah te yich’el ta muk’te jMe’jTatik k’alal ya ya’botik tsitsel. [Con esto respetamos a nuestro Padre que está en los Cielos. Así también aparece nuestro respeto por nuestras Madres Padres cuando nos dan un consejo.]

Nuestro bankil (hermano mayor) Francisco, promotor también de los derechos humanos por parte del Fray Pedro en la comunidad de Santa Elena, allá por donde se inicia la cañada del río Perla, comenta:

Tulan sk’oblal yich’el ta muk’te jTatik Dios sok te jMe’jTatik sok ch’abal k’inal. Como ja tsitsel yu’un. Jich ya xbenotik ta lekil beh sok jich yax nahtik jkorahiltik. [Hay mucha importancia en darle respeto a nuestro Padre Dios y a nuestras Madres Padres con un ambiente de silencio, es como cuando se escucha un consejo. Así caminamos por el buen camino y también conocemos nuestra duración[4] de vida.]

El silencio es algo sagrado. Se le nombra también ch’ab. Y cuando los principales de una comunidad quieren solucionar un conflicto, hacer la paz, oran y ayunan a veces varios días. A esta ceremonia se le nombra ch’abajel y suelen traducir este término como "pacificación". También cuando se ha terminado un conflicto el que ofendió sirve refresco, a veces también reparte dulces y comida para sellar otra vez la amistad y hacer la paz o el silencio. A esto también se le llama ch’abajel.

El silencio es algo sagrado y fundamental para generar armonía y con ella el lekil kuxlejal.

El slamalil k’inal genera contentamiento. Así lo dice la canción y lo dice la gente:

K’alal ay slamalil k’inal
tsel ko’tantik yu’un


[Cuando estamos en paz
por eso mismo está contento nuestro corazón]

El lekil kuxlejal supone una integración perfecta entre la sociedad y la naturaleza. En la canción se juega a formas de integración de los seres humanos y la naturaleza mediante comparaciones retóricas. El contento de la comunidad se proyecta y se siente en el medio ambiente automáticamente y el ecosistema feliz hace ligeros y alegres a las personas. Veamos con más cuidado este cuarteto:

Tsel k’inal ya ka’aytik
jich bin’ut’il jamal mutetik
jichukotik bin’ut’il
ya xwihlik ta bahlumilal


[Sentimos al ambiente que sonríe
así como los pájaros del campo
así somos nosotros como ellos
que vuelan por el mundo]

En el primer verso de este cuarteto la sonrisa humana se le atribuye metafóricamente a la naturaleza: tsel kinal ya kaitik ("sentimos al medio ambiente que sonríe").

En el segundo verso se hace una comparación metafórica para referir la sonrisa a los pájaros: jich bin’ut’il jamal mutetik (así como los pájaros del campo).

En los versos tercero y cuarto ya somos nosotros los seres humanos como ellos jichukotik bin’ut’il (así nosotros como ellos); nos parecemos a los pájaros en su volar por el mundo: ya xwihlik ta bahlumilal.

Las anáforas jich del segundo verso y el jich de jichukotik en el verso tercero, constituyen la repetición intermitente de la idea de analogía o similitud, o tal vez sea mejor decir de identidad: la naturaleza y los pájaros se ríen como nosotros y nosotros volamos como pájaros. La paz y el lekil kuxlejal presuponen integración armónica con la naturaleza que aquí se representa mediante estas comparaciones metafóricas.

Identidad igual de aquí para allá y de allá para acá. Ellos son alegres como nuestra risa y nosotros somos ligeros como su vuelo. Así es el lekil kuxlejal.

En los próximos versos la anáfora continúa con su intermitencia para reiterar la idea de nuestra similitud o identidad con la naturaleza, pero ahora para identificarnos con las estrellas que manan luz y el agua que fluye tranquila:

Jich bin’ut’il ek’etik
xlip lajan ta toyol
jich nix te jahetik
xnibet ta bahlumilal


[Así como las estrellas
que brillan en lo alto
así como las aguas
que fluyen tranquilas por el mundo]

Somos así como las estrellas que emiten luz desde el firmamento y como las aguas que fluyen tranquilas. Somos como el cosmos de aquí y como el cosmos infinito del allá. Todo nos es familiar en el mundo de la paz y del lekil kuxlejal.

La trascendencia de la paz

Termina nuestra canción subrayando la importancia de la paz. Es tan importante como el sol que ilumina el mundo:

Ja yu’un bayel sk’oblal
te slamalil k’inal
jich bin’ut’il te k’ajk’al
ya sakubtes te bahlumilal


[Por eso hay mucha importancia
en la paz
así como la hay en el sol
que ilumina el mundo]

La palabra sk’oblal es difícil de traducir, porque significa importancia, pero según el modo y el contexto en que se le emplee también significa valor, alabanza, objetivo, significado, fuerza moral, salud.

Podríamos decir, forzando un poco la traducción pero respetando el sentido de la palabra sk’oblal, que hay mucho valor en la paz, que hay mucha alabanza en la paz, que hay mucho sentido y significado en la paz, que hay mucho poder y salud en la paz.

Y con la misma anáfora jich reitera la similitud y la identidad; la misma identidad que hallamos en la unidad de los hermanos, en la alegría del medio ambiente, en el vuelo del pájaro, en la luz de las estrellas, en la frescura y tranquilidad del fluir del agua. Así es la paz. La paz es tan importante "como la luz del sol que ilumina el mundo".

La paz, el lugar del silencio, slamalil k’inal es la dimensión trascendente por excelencia. Cuando está plenamente en el mundo la vida es perfección, éste es el tiempo del lekil kuxlejal. Para tener una mejor idea de lo que esto significa veamos lo que los intérpretes y autores de esta canción le dijeron al público después de cantarla:

K’alal ay slamalil k’inal mayuk mel o’tan, mayuk uts’inel, mayuk o’kel, mayuk xiwel, mayuk lajel; ay lekil kuxlejalil, jun ko’tantik ay, jun nax ayotik; pajal ay kocheltik, pajal ay ich’el ta muk’, ay kuxultayel, ay pajal ko’tantik. [Cuando hay paz no existe la tristeza en el corazón, no hay molestia, no hay llanto, no hay miedo ni hay muerte; existe la vida buena en su esplendor, somos un solo corazón; somos unidad, es igual el derecho para todos, todos toman por igual la grandeza de todos, hay amor, hay igualdad en nuestros corazones.]

Nos hemos introducido a esta concepción trascendente y sagrada de la paz, en la que no hay tristeza, ni miedo, ni muerte. Ésta es con frecuencia una referencia poderosamente presente, que constituye un aspecto fundamental del lekil kuxlejal y, mediante ella, hemos tocado el centro de la vida buena. Ahora veamos cómo se aplica el ideal de lekil kuxlejal como fundamento moral de la vida cotidiana.

Salta a la vista que el lekil kuxlejal es un conjunto de condiciones ecológicas y morales, donde ambos factores se interdeterminan. Presentaremos una entrevista que nos muestra diversos aspectos de cómo tender al lekil kuxlejal.

Nos explica qué es el lekil kuxlejal Manuel Aguilar, promotor de los derechos humanos del Fray Pedro en la comunidad de Betania, allá por el bajo Jataté.

Lekil kuxlejal y matrimonio

Ma ja nax chahp, como lekil kuxlejal ya soch ta skuenta te jun pareja, winik sok ants; te lekil kuxlejal ya soch ejuk te kal kuntikiltik; te lekil kuxlejal ya soch ta skuenta te bin’ut’il te yip te ka’teltik -ta k’axlan k’op, te economía-, te ch’ijtesel te ka’teltik; te lekil kuxlejal ya soch ejuk sok te binti ay ta bahlumilal, te ja’te ma’pasbiluk ta winike, ja nix Dios yak’o jilele. Ya soch ehuk ta skuenta te lekil kuxlejal te winiké; ya soch ta pas te k’inetik yu’un te komonal. [No se sostiene solo el lekil kuxlejal, surge por la acción de la pareja, hombre y mujer; el lekil kuxlejal llega con los hijos de nuestra familia; el lekil kuxlejal se genera también según la fuerza de nuestro trabajo -"economía", dicho con palabra ladina-, la germinación de nuestra milpa, la germinación de nuestro trabajo; el lekil kuxlejal se desarrolla con lo que existe en el mundo, que no lo crea el hombre sino lo entrega Dios. Se genera también con las fiestas que hace la comunidad.]

Te winike ma xu ya x jil ta stukel pisil ora soltero, ya sk’an xnupun, ya sleh te yinam. Teme ya jtah te jparejatik, te joytik, te kinamtike, teme lekil ants ehuke, entonces ya sk’uxultay te smamalale, ya sk’uxultay ta bayal, ya sk’an ta bayal, sok te winike ehuke ya smulan te yimane, entonces ya sk’uxultay ta bayal. Ay wan ya sk’ax k’opetik, tut wokolil te ya x k’ax. Jaxan, mero melel, ya x k’ax ku’untik ta pisiltik. Jaxan te slekil kuxlejal ya x och k’alal te winik sok te ants ya yich’ta kuenta te yinam te winike, sok te yiname ya yich’ta kuenta te smamalale. Ma’yu’ unuk ya spas mandar ja’nax winike, ya spas mandar ja’nax ants, ma’uk, ta schebal ya yich’sbahik ta cuenta. [El hombre no puede permanecer soltero todo el tiempo, quiere matrimonio y busca su mujer. Si hallamos nuestra pareja, nuestra compañera, nuestra esposa. Si es buena ella amará a su marido, lo querrá mucho. Al marido también le gusta su mujer y la ama mucho. Claro, a veces se harán de palabras, tendrán pequeños problemas. La verdad es que eso les pasa a todos. No obstante, el lekil kuxlejal se genera cuando el marido de veras toma en cuenta a su mujer y la mujer de veras toma en cuenta a su esposo. Que no sólo mande el hombre, que no mande sólo la mujer. No, los dos se toman en cuenta entre sí.]

Pisil bintik ya jtahtik te teb te jtak’intike, bin la jchontik, ya jcha’jchahp k’optik ban ya jlajintik. Ay jun cahpbil k’op ku’untik yaiyel tey ta yutil nahtike. Ja’te buts’an a te kuxlejal yu’un ma’yuc tsobol wocolil, mayuk k’op, mayuk tentamba sok te awiname. Te bintik ya jpastik teme ka’teltik ma’ba yax sch’ij, ya cha’jnoptik sok te kinamtike: ¿bin ya jpastik te ma x smoh te ka’ateltike? Te winike, te antse ya x kah ta snopel bin’u’til lek ya jpastik yu’un yax ch’ij te ka’teltike. Teme ya snopik ta schebaltike ya x kah ta a’tel te winike yax a’tej te antse ta schebal te la snopike tsam ta t’uhunel bahel te a’telil. Yax lekub a te ka’teltike, sok ya xtal ku’untikiltik. [Todo aquello en lo que hallamos un poco de dinero, lo que compramos, las conversaciones mediante las cuales decidimos. Cuando hay un acuerdo, un arreglo en nuestra casa. Es agradable la vida cuando no hay muchos problemas, cuando no se sobajan ni se oprimen el hombre y la mujer. Cuando hay acuerdo frente a nuestras carencias, cuando no germina nuestro trabajo y nos acercamos y aprendemos juntos: ¿qué hacemos si nuestro trabajo no crece adecuadamente? Cuando hombre y mujer aprendemos a la vez cómo hacer para que nuestra labor germine bien. Si aprendemos juntos y trabaja el hombre y la mujer se esfuerza también será agradable seguirnos el uno al otro en nuestro mutuo empeño, mejora nuestra tarea y surge nuestra familia.]

Ya x cha’tal jku’untikiltik te untike ya sk’an ay jun lek tohobtesel, toh mandar, j’axan teme ay ta k’op te Me’ilTatile jich ehuk te alaletike, ja’nix jich ayik ta k’op sok sMe’sTate ehuk. Ja’yu’un te jkuxlejaltike, te lekil kuxlejale ja’nix sok te jkinamtik te alal untiketik te ya sch’unotik te ya jch’untik ehuk te jkal ku’untikiltik. Jich te Meel Tatil hay slamalil k’inal ta yo’tan, manchuk ay wokoliletik ta yutil natik. Ja nix ehuk te kuntikiltik ya sk’an ya jk’opintik ta lekil k’opetik. [Nuestros hijos requieren de una buena forma de corrección, un mandar con rectitud, porque si hay pleito entre la Madre Padre así también habrá pleito entre los hijos. Por eso para la vida, para el lekil kuxlejal, tenemos que tener confianza mutua y así también tiene que haberla con nuestros hijos. Así la Madre Padre tienen la paz en su corazón aunque haya muchas necesidades en la casa. Asimismo a nuestros hijos que necesitan nuestra palabra de cariño.]

Lekil kuxlejal y cuidado

Te bintik ay te bintik yak’oj jilel te Dios, te ma x ju’ta ixlanel te ma x ju’bintik yax och kuts’inlantik ja’ya yak’botik ehuk te jlekil jkuxlejaltike. Ma ja’uk nax ya sk’an ay lekil kuxlejal ta yutil a nah sok awinam sok awu’untikil lom t’uhbil ay. K’alal yax lok’a wil ta jamalal ma butsanuk ta ilel, ma tsamuk ta ilel te spat a nah nojel ta abakeh, nojel ta te’tikile, ta ts’etbil te’etike te k’alal yax lok’ate ma butsanuk ta ilel te spat a nah. Te lekil kuxlejal ya sk’an ehuk te smesbil, pokbil, kusbil te yutil sok te spat nahtik ma’yuk abak. Yax lok’otik bahel ta yut uk’umaltik ta montaña, ma’yuk ban ts’etbil te’etik t’uhbil te yan montaña yu’un ya awaiy paxial. T’uhbil te yan jamaletik te ban ayate ma’ba lek a ixlanel ya sk’an kanantayel yu’un ja’ya yak’botik talel te lekil kuxlejal jku’untike. Ya yal te jMejTatike teme ya kixlanbetik te ya’tel te Diose mayuk jal jkuxlejaltik. [La naturaleza, lo que Dios nos dio y permanece, no podemos maltratarlo, no debemos disturbarlo ya que eso nos da nuestra vida buena. El lekil kuxlejal no sólo queremos que sea bello al interior de nuestra casa con nuestra mujer y nuestros hijos. Cuando sales a mirar el campo no será agradable verlo si está mal, no disfrutarás ver tu casa si por detrás está llena de cochambre, si está llena de pedazos de leña cortados y regados por doquier. El lekil kuxlejal requiere de estar barrido, lavado, sin polvo, que tu casa no esté negra por el humo. Cuando salimos y vamos por los arroyos de la montaña no andamos por donde están cortados los árboles, sino por donde es agradable pasear. Bellas son también las plantas bajas, los arbustos, así como los árboles donde no hay maltrato, y para eso se requiere cuidado. Así hacemos venir al lekil kuxlejal a nuestra familia. Decían nuestras Madres Padres que si maltratamos el trabajo de Dios no durará nuestra vida.]

Lekil kuxlejal y respeto

Te mach’a ma x yich’ta muk’te sMeTat, te mach’a ma x yich’ta muk’te bintik yak’oj jilel te Diose ma la ayuk jal skuxlejal. Ay mamaletik ya kiltik bayal k’ajk’al kuxinemikix ayix ta nopol sjo’winik (100) jabil, yu’un lek ta winikil a ini to, ja’yu’un ak’ bil bayal kuxlejal yu’un te Diose. [Quien no respeta a sus Madres Padres, quien no respeta lo que Dios nos ha dado, no le dura la vida. Hay ancianos que viven muchos días, hasta cerca de cien años porque son buenas personas, por eso Dios les concede mucha vida, y un lekil kuxlejal.]

Ja’nix jich ehuk te lekil kuxlejale, yax och ta skuenta yu’un bin ut’il yak awich’ ta muk’te yan amololab, te yan ajo’tak ta ch’ihel, te yan aMeaTat, ta alumal. Te bin ut’il ya a wich’ta muk’ehuk te ya’tel te amololab, te toh yax k’opojat, te ma x awaiy lote, te ma x alebey smul yan amolol, ma x bat ta yuts’inbeyel yinam te a molole, ma x baht a wuts’inbey snich’an yan a molol ajoy ta ch’ihel sok yuntikil aMeaTat. Jich ma x tal wokolil ta atojol, spisil ora buts’an k’inal ayotik. Buts’an te kuxlejale melel ay te yich’el jbahtik ta muk’e. [Asimismo, el lekil kuxlejal llega si tomas la grandeza de los que te acompañan, de tus compañeros que germinan junto contigo, de tus Madres Padres, de tu pueblo. Viene a ti también según cómo respetes el trabajo de tus iguales, de la rectitud de tus palabras, de que no atiendas a las mentiras, que no le atribuyas delito a tu compañero, que no molestes ni la mujer ni a los hijos de los otros, tampoco a las personas que han crecido contigo ni sus familias, ni a tus Madres Padres. No vendrá a ti problema si todo el tiempo estás a gusto. La vida será verdaderamente agradable si reconocemos mutuamente la grandeza los unos a los otros.]

Te lekil kuxlejale, ja’nix te bintik ay yu’un te amolole, jich bit’il jchambahlamtik, jpisiltik ya kich’tik ta muk’. Ya k’opintik k’alal ay jun wokolil ku’untike, yax a’beyajotik sok bit’il yax ju’ya yak’botik ta tojel. Jich yax och spisil a te bintik lek yu’un te jkuxlejaltike. [El lekil kuxlejal también es con todo lo que tienen los compañeros, hay que respetarlos a ellos así como a sus animales y a todo, hay que respetarnos mutuamente. Platicamos cuando tenemos un problema, cuando algo se dañó conversar de cómo lo vamos a arreglar o a pagar. Así se genera el lekil kuxlejal.]

Jich nix bit’il ehuk te spas k’ine, ja’jun kuxlejal te buts’an k’inal ya yaiy ta ko’tantike. Ay jun lekil pas k’in ay ahk’otal te MeilTatil, ay ahk’otal yu’un keremetik, ay comon we’elil. Ay lok’esel a’telil, te ma ch’aytik ya x och ya’tele sok k’in, yu’un ya kich’tik ta muk’te mach’a yak ta ochel ta ya’tele, na’bilix sbah yax jil ta spisil te lume te ja’jil ta ya’tele. K’alal ayix ta ya’tele ya kich’tik ta muk’, na’otik te ay ta ya’tel ku’untike. Ya sk’an ya yich’ta muk’ehuk te slumale, te ma ja’uk k’alal jutsulix yu’un ja’ya spas mandar, ya x och yuts’in te slumale, ya yotseslan ta chukel. Ma’uk ya sk’an ya slebey sbelalil yu’un chapanwanej ja’te lekil kuxlejal. [Así como se realiza la fiesta y con ella se nos alegra el ambiente y nuestros corazones. Se hace una buena fiesta con baile de nuestras Madres Padres, bailes de los niños, comida común. Los que salen de su cargo y los que entran hacen fiesta con respeto, porque toman la grandeza de quienes inician en el cargo, sabemos que tienen trabajo. Se necesita también que ése con cargo respete al pueblo. No sólo cuando se sienta con autoridad para mandar, también cuando mete a la cárcel a quienes perturban a la gente. Se requiere que abra caminos al arreglo justo, que abra caminos al lekil kuxlejal.]

Rectitud, conocimiento y justicia

Te lekil kuxlejal ja’nix ehuk te tohil chahpajeletik k’alal ma’yuk slab jko’tantik sok te yan jkermanotik, ja’te sbuts k’inal ya jkaiytik. [El lekil kuxlejal requiere que hagamos justicia con rectitud, y eso puede ser cuando no hay rencor en nuestro corazón hacia otro hermano y sentimos entonces armonía en el ambiente.][5]

Y nuestro amigo Manuel, promotor de derechos humanos en el ejido Betania, continúa:

K’alal ay jun wokolil ya jtahtik ya sch’ayotik ta snopel ku’untik, toh ya yich’chahpanel, yanix yich’tojel te mulil. Ja’nix jich ehuk te mach’a k’ax ta mandar, ya sk’an ya sna’bey sba ehuk, te ch’ay ta snopojibal yu’une, ma la sna’bin ut’il bath jowih ta snopel yu’un. Teme ya sna’bey sbah melel nix a te ch’ayon, ya jch’un te castigo. Jich chapal yax jil te k’ope. [Si nos encuentra un problema se pierde nuestro aprendizaje, y hay que arreglarlo de buena manera, habrá que pagar por nuestra falta si queremos arreglar el problema. Lo mismo sucede cuando se desobedece. Es necesario que se reconozca, ya que con el problema el infractor perdió su capacidad de reconocer, no sabe cómo se desvió su conocimiento. Si reconozco que en verdad me perdí con la falta, acepto el castigo y así se arregla el problema.]

Si nos centramos en las primeras palabras del párrafo anterior veremos varios elementos clave para la comprensión de un conflicto y su resolución. Sin solución no se podrá tender al lekil kuxlejal.

La primera cuestión que subrayamos es que el problema "nos encuentra" (stahtik). Detengámonos en esta palabra; s es posesivo de tercera persona antes de consonante, esto significa que se trata de la acción del problema que es un sujeto. Cierto que el individuo es responsable y por eso deberá pagar por su falta; pero no es sólo él, sino el problema que se personaliza. La comunidad debe unirse para eliminar el problema que actúa como tal.

Pero hay otra dificultad, que el problema nos hace perder nuestro aprendizaje (nopel ku’untik), que el individuo pierde su instrumento para reconocer, para aproximarse adecuadamente a la situación (ch’ay ta snopojibal yu’une), ya que el conocimiento entra al corazón y para aprender correctamente se requiere de una afectividad armónica.

El autorreconocimiento de que el castigo dado por la comunidad es justo permite al infractor reconocer y con el reconocimiento recuperar la razón perdida. Sin embargo, para que él lo reconozca frecuentemente requerirá de la buena actitud del servidor, de quien tiene trabajo en la comunidad.

Te ja’teletike ma’ba sok sk’ajk’al yo’tan ya yaiy chahpawanej, te komunal ma’ba sok slab yo’tan ya schahpan, ma ba ya yotses ta chukel te mach’a la stah smuleh, ya sk’an toh ya schahpan lok’el te k’ope, ja’tey yax och ehuk a te lekil kuxlejal. [Si quien ejerce el cargo no tiene ira en su corazón mostrará la actitud de justicia, de arreglo. La comunidad no arreglará los problemas con odio en el corazón. No es por meter a la cárcel a quien halló su delito que se hace justicia, se requiere rectitud en el arreglo para que se elimine el problema. Así es como llega el lekil kuxlejal.]

Autonomía, palabra y lekil kuxlejal

Detengámonos en una opinión muy parecida a las de nuestro compañero Manuel, pero recabada en una comarca tseltal muy lejana a la suya. Por lo menos se necesita viajar en camión diez horas por caminos de terracería para llegar a ella, ya en el municipio de Chilón.

Se preguntaba y se respondía un compañero de Guaquitepec:

-¿Mach’a ya spas te slamalil k’inal?
-Mayuk mach’a yan ya spasbotik
.

[-¿Quién puede hacer la paz?
-Nadie puede hacerla por nosotros.]

Jo’otik nix ta ju jun komonal ya jpastik te slamalil k’inal. Teme ay jun lekil ja’tel patan, teme ya yilotik ta lek, teme ya yochelinotik, teme ya yich’otik ta muk’, teme ya spasbotik ta stojol te wokoltik. Ja yu’un ek te swinkilel komonal, ja nix ya spas lek te slamalil k’inal. ¿Bin yu’un? Yu’un ya sna te bin’ut’il ay ta chahpanel spisil, te banti ya sch’ay yo’tan te yantik, ta banti ya x jowihyotik. Ya jnatik te maba ya spastik te slamalil k’inal teme ya hkuts’in jabhtik. Teme ya jpastike ya jtahtik wokolil, ya jtahtik mel o’tan, sok ay wan stojel te multa. Jaxan teme ay ich’el ta muk’, teme ay kocheltik, ay pasbilotik ta skuenta yu’un te a’tej patan, jichuk ek te swinkilel lum. Jxu ku’un jo’otik nix ya spasotik te slamamlil k’inal. [Nosotros mismos en cada comunidad hacemos la paz. Si hay una buena autoridad, si él nos ve bien, si aplica nuestro derecho, si nos respeta, si hace suyo el problema. Por eso mismo los vecinos de la comunidad harán bien la paz. ¿Por qué? Porque saben cómo arreglarlo todo, sabe lo que olvidaron algunos, sabe en qué nos hemos desviado. Sabemos que no habrá paz si nos agredimos los unos a los otros. Si nos agredimos hallaremos problemas, tristeza y quizá tendremos que pagar multa. Pero si hay respeto, si aplica nuestro derecho la autoridad, así también lo harán los habitantes del pueblo. Podemos nosotros mismos hacer la paz.]

Terminemos este artículo con algunas palabras de nuestro compañero Manuel, promotor de los derechos humanos del Fray Pedro:

Te lekil kuxlejal ta jun jun jchahpotik ta familia o ta comunal. Ay chahpanbil k’opetik yu’un te komunal, ya sk’an ya jch’uhuntik, yu’un ma’yuk mach’a yan la schahp a k’op ini, ma yu’unuk taluk ta k’ejel, ma ja’uk la stikun talel ajwalil yu’un estado ma’uk. Tey nix ta komunal la hkaltik te lek ya jpastik. Ja’ini chahpanbil k’opetik mamex awuts’in jich in to, mamex a spas jich in to te xchi jk’oplaltik ta tsobajel, ja’me te chahpbil k’op a me ine, ya sk’an ya jch’untik. Te jk’optik ta jujun tsobajel ja’nix te slehel te jkuxlejaltike.

K’opetik ta banti yu’un ya yak’kuxlejal, ja’nix te banti ya yak’sbuts jko’tantik. K’opetik ta banti yu’un te kuxlejale yax k’oy ta yo’tan te amolole, sok ta yo’ tan spisil ta alumale. Ja’te jk’optik te ya jlehtik te banti yu’un ya stah skuxinel te jmololtike. Ma ja’uk te kópetik yu’un ya sjim te kuxlejal, ja k’opetik banti yu’un k’ux ya kaiytik ta ju jun tuhl, ta ma butsanuk ta yayel. Ma ja’uk ya jnophtik te k’opetik te banti ya jlajintik te komonal. [El lekil kuxlejal está en cada arreglo de la familia o de la comunidad. Hay acuerdos de la comunidad que requieren ser reverenciados, porque nadie más arreglará las cosas aquí, nadie que venga de otra parte, no será porque se mande traer al gobernador del estado. Es allí mismo, en la comunidad que diremos cómo hacerlo bien. El acuerdo dirá que alguien no moleste, que no se haga algo de tal o cual modo y así nos dicen en las asambleas y será ese acuerdo de asamblea lo que habrá que obedecer. La palabra de cada asamblea será la única manera de buscar la vida nuestra.

Palabras que dan vida, palabras que le dan armonía a nuestros corazones. Palabras con las que la vida toca el corazón de tu compañero y el corazón de todo tu pueblo. Esas palabras que buscan dónde y por qué inicia la vida de nuestros compañeros. No las palabras que descomponen la vida, que hieren el sentir de todos y cada uno, que no agradan. No aprendamos las palabras que nos acaban y acaban a nuestra comunidad.]


Notas:

[*]

Este artículo es parte de un libro en proceso que se titulará Autonomía, educación y lekil kuxlejal: aproximaciones a la sabiduría de los tseltales.

[1]

El autor usa la grafía tseltal en lugar de tzeltal que tiene un uso más difundido. En este punto no hay acuerdo entre los estudiosos y practicantes de la lengua y de ambos lados se aducen razones convincentes. Por esta razón se ha respetado el texto original y con ello la posición del autor en ese debate [N. de E.].

[2]

Esta canción fue escrita, musicalizada e interpretada por un grupo de trabajo de la preparatoria Bartolomé de las Casas del pueblo de Guaquitepec, municipio de Chilón, en un taller sobre valores en lengua tseltal, realizado a principios de agosto del 2000. Los autores pertenecen a diversas comunidades de este pueblo o comarca india, ellos son xJuanita Gómez Álvarez de la comunidad de Pinabetal, xMaría Gómez Cruz de la comunidad de San Antonio Bulujib, Bernardo Mesías Núñez del poblado de Guaquitepec, Abraham Gómez Sánchez de la comunidad de San Antonio Bulujib, Pedro Cruz Hernández del poblado de Guaquitepec. (La [x] antes de un nombre indica femenino [N. de E.].).

[3]

Carlos Lenkersdorf ha trabajado ampliamente el fenómeno de la intersubjetividad en la lengua maya tojolabal. Él nos habla de una multiplicidad de sujetos y de diversos mecanismos en que se articula una constante intersubjetividad de tipos diversos. Los diferentes sujetos se complementan en la estructura sintáctica de las frases. Diversas obras de este autor ejemplifican este fenómeno, que parece repetirse en la lengua tseltal, tsotsil y, quizá, en todas las lenguas mayas. Ver Tojolabal para principiantes, Centro de Reflexión Teológica, México, 1994; Los hombres verdaderos, Siglo XXI, México, 1996; y Cosmovisiones, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades-UNAM, colección Conceptos, México, 1998.

[4]

La palabra jkorahiltik equivale a toda la duración de nuestra vida, tanto lo que ya pasó como lo que se vive y lo que vendrá. Esta palabra también se emplea con el sentido de destino, lo que está por venir.

[5]

En el libro que estamos preparando, especialmente cuando hablemos de la tolerancia (tsikel) en el capítulo nueve, veremos que el rencor es un serio impedimento para realizar la justicia y sin justicia es imposible el lekil kuxlejal. Quien tiene un cargo para mediar entre partes en conflicto tendrá que ser razonable y la razón se descompone con el rencor. Esta descomposición opera en todo aquel que tiene odio en el corazón, tanto en la autoridad como en quien cometió el delito.



Revista Chiapas
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Chiapas 12
2001 (México: ERA-IIEc)


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