...antes de que
nuestros primeros padres y abuelos sufrieron la invasión y la conquista
española, los que habitaban estas tierras mexicanas y americanas, eran ya
pueblos y naciones con largas historias y experiencias, con avances en
conocimientos técnicos y científicos, contaban con sus propias organizaciones
políticas, militares, sociales, culturales y religiosas.
Se gobernaban con
inteligencia y sabiduría indígenas.
Eran pueblos y
naciones conocedores de la vida, la ciencia y el universo; pueblos y naciones
que cuidaban y amaban la tierra, el agua y toda la naturaleza con quienes se
relacionaban.
Tenían sus propias
leyes, sus gobernantes, sus grandes sacerdotes, sus dioses, sus templos, sus
palacios y su ejército.
Pero un día tuvieron
que enfrentarse ante una guerra de invasión extranjera, muchos hombres y
mujeres en defensa de su pueblo y de su soberanía, pelearon con valor y
dignidad.
Pero ante una guerra
desigual por fin fueron conquistados, saqueados sus riquezas, destruidos sus
templos y sus leyes y sometidos sus habitantes a la esclavitud.
Así fueron
conquistados y dominados nuestros antepasados.
Así empezaron una larga historia de dolor y sufrimiento, pero también una larga
lucha de resistencia y rebeldía.
...hoy (...) ha
llegado la hora de romper el silencio, de romper los muros y las cadenas de
injusticias.
Ha llegado la hora de los pueblos indios...
Los sin voz y los sin rostro, tendrán por fin el rostro y la palabra que
resonarán en todos los rincones de la tierra.
Ese conjunto de
pensamientos, de palabras verdaderas y justas demandas de los pueblos indios,
los llamamos "acuerdos de san Andrés Sakamch'en de los pobres"...
La aprobación y
elevar a rango constitucional esta iniciativa, significa garantizar la vida, el
respeto y los derechos fundamentales de los pueblos indios; significa la
construcción de una nueva sociedad basada en la justicia, en la igualdad y en
el respeto a los indígenas con toda su diversidad de lenguas y culturas; una
sociedad donde como indígenas no seamos ya humillados, marginados ni excluidos.
Donde ya no tengamos que levantarnos en armas para ser escuchados y ser tomados
en cuenta como pueblos.
Nuestros pueblos son
y serán forjadores y dueños de su propia historia.
Es una tarea y una
responsabilidad histórica de todos los mexicanos, un deber y un compromiso de todos
los ciudadanos y ciudadanas por encima de los intereses particulares.
Luchar siempre para que en esta nación se pueda vivir y realizar la verdadera
democracia, libertad y justicia para todos.
CCRI-CG del EZLN, Congreso de la Unión, 28 de marzo. Comandante David