Llegamos.

Aquí estamos.

Nosotros no deberíamos estar aquí.

Quienes deberían estar aquí son las comunidades indígenas zapatistas, sus 7 años de lucha y resistencia, su oído y su mirada.

Los pueblos zapatistas. Los hombres, niños, mujeres y ancianos, bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que son los pies que nos andan, la voz que nos habla, la mirada que nos hace visibles, el oído que oído nos hace.

Quienes deberían estar aquí son las insurgentas y los insurgentes, su persistente sombra, su callada fortaleza, su memoria levantada.

Las insurgentas e insurgentes. Las mujeres y hombres que forman las tropas regulares del ezln y que son el guardián y corazón de nuestros pueblos.

Aquí venimos a nombrarnos.

Aquí venimos a decir "somos”.

Aquí estamos para decir aquí estamos.

Aquí estamos para vernos y mostrarnos, para que tú nos mires, para que tú te mires, para que el otro se mire en la mirada de nosotros.

Aquí estamos y un espejo somos.

No la realidad, sino apenas su reflejo.

No la luz, sino apenas un destello.

No el camino, sino apenas unos pasos.

No la guía, sino apenas uno de tantos rumbos que al mañana conducen.

No somos quienes aspiran a hacerse del poder y, desde él, imponer el paso y la palabra. No seremos.

Podemos ser con o sin rostro, armados o no con fuego, pero zapatistas somos, somos y siempre seremos.

...rebeldes somos.

Rebeldes seremos.

Pero serlo queremos con los todos que somos.

Sin la guerra como casa y camino.

Porque así habla el color de la tierra: tiene la lucha muchos caminos, y un solo destino tiene: ser color con todos los colores que visten a la tierra.

CCRI-CG del EZLN. Zócalo. 11 de marzo. Marcos