Las mujeres de la Sierra Norte venimos para saludarlos con mucho respeto y alegría porque están ustedes aquí como un ejemplo de gran valor.
También queremos manifestarles el saludo de nuestras hermanas que no pueden estar presentes porque es imposible traerlas a todas, son muchísimas en nuestras comunidades indígenas de la Sierra Norte.
Hoy estamos aquí, en este día histórico, mujeres de grupos organizados que nos identificamos con la lucha que ustedes están dando por el reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Sabemos que ustedes están luchando no sólo por Chiapas sino por los derechos de todos y todas las personas que vivimos en este país, también sabemos que debemos estar unidos para manifestar lo que queremos, lo que necesitamos, y decirle al gobierno que ya no queremos que se sigan pisoteando nuestros derechos y nuestra dignidad de indígenas.
Queremos decirles a quienes tanto hablan de nosotros, de la justicia, de democracia, a los que hablan de la paz, que queremos una paz justa y verdadera, una paz que reconozca plenamente nuestros derechos de mujeres indígenas, aunque nos tachen de ignorantes por ser macehuales, nosotros tenemos conciencia de lo que estamos viviendo, nos damos cuenta cómo nos utilizan las instituciones y funcionarios de gobierno y hablan por nosotros y deciden por nosotros y nos engañan, nos roban, nos explotan, deterioran el medio ambiente, destruyen los bosques y las selvas, nos obligan a salir de nuestras comunidades indígenas, porque no existen apoyos verdaderos y suficientes que sirvan para poder vivir dignamente en nuestros pueblos de origen. Por todos los medios, se nos bombardea creándonos necesidades que nos hacen olvidar nuestros principios culturales y nuestra identidad.
Hombres y mujeres emigran a la ciudad en busca de trabajo con un mejor salario para sostener a la familia.
Los indígenas no podemos ponerle precio a nuestros productos, la necesidad nos obliga a malbaratarlos, nuestras viviendas son muy pobres y carecemos de servicios necesarios, en nuestros pueblos sigue habiendo mujeres, ancianas y niños desnutridos. La pobreza hace que cambiemos nuestra forma de vestir y de vivir, que perdamos nuestra cultura.
Las organizaciones hemos luchado por mantener viva nuestra cultura, en la organización comunitaria, la participación con las fiestas patronales, cultivo de la tierra con abonos orgánicos, cultivo de productos tradicionales como el ajonjolí, la calabaza, el cacahuate, los quelites, chile, jitomate, frijol, maíz, etcétera, cuidado de las plantas y árboles, nuestra música, danzas, artesanías, nuestra medicina tradicional con curanderos, parteras y hueseros, la solidaridad entre familias, la mano vuelta, el respeto a los ancianos, apoyo de los padrinos, trabajo de las organizaciones de mujeres por lograr dentro de esta cultura, el respeto y valorización como mujeres, ser tomadas en cuenta en la familia y la comunidad.
Nos hemos ganado el derecho a participar en grupos para realizar proyectos económicos, de bienestar social, de educación-capacitación y conocimiento de nuestros derechos, buscando un mejor desarrollo de nosotras como mujeres y de nuestras comunidades.
Queremos que los derechos de las mujeres sean tomados en cuenta en las leyes, que en los cargos públicos haya gente consciente y que conozca la problemática de las comunidades, no queremos seguir siendo utilizadas en las campañas políticas, queremos tener información verídica para poder decidir.
Que la impartición de la justicia sea también para apoyar a las mujeres, queremos vivir sin violencia en la familia, en la comunidad, que las autoridades nos respeten y hagan justicia conforme a la ley.
Que sea respetada nuestra integridad de mujeres; en la educación queremos que respeten nuestra cultura indígena, nuestro idioma, nuestro vestido, costumbres, sin marginación ni discriminación para los niños(as) indígenas.
En la salud, que las instituciones para este fin atiendan a nuestras mujeres con respeto y den un servicio de calidad y eficiencia. No queremos que las mujeres se sigan muriendo en el parto o de cáncer por la falta de interés del gobierno. Queremos que se dé amplia información sobre los métodos anticonceptivos y que sean las mujeres las que decidan si les conviene alguno. No queremos que sean obligadas a usarlos.
No queremos más centros de explotación para las mujeres, queremos ser valoradas y respetadas, queremos ganar lo justo por nuestro trabajo, que no nos vean ni nos traten como esclavas, ni nos desprecien por ser indígenas. Queremos que cambien las políticas gubernamentales, que haya apoyos para las comunidades indígenas en la producción del campo sin comprometer nuestro voto, que podamos permanecer en nuestros pueblos de origen. Que sean respetadas nuestras formas de organización, que sean apoyados nuestros proyectos.
Las mujeres estamos luchando por un mundo mejor sin violencia de ningún tipo, un mundo equitativo, sin discriminación étnica ni de género, donde haya justicia para todos y todas. Un mundo donde los indígenas y las mujeres nos sintamos orgullosos de serlo porque somos reconocidos y tomados en cuenta, por eso rechazamos el sistema neoliberal y luchamos por un sistema justo y plural.
Hermanos y hermanas zapatistas, apoyamos su lucha, que es la nuestra y estamos aquí para decirle al gobierno que le exigimos, como organizaciones, cumpla cabalmente los Acuerdos de San Andrés.
Retire su ejército mexicano de las comunidades indígenas y de Chiapas.
Libere a los presos zapatistas porque no son delincuentes.
Que en la legislación de los Acuerdos de San Andrés, sean tomados en cuenta y queden explícitos los derechos de las mujeres.
¡ NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN NOSOTROS !
¡ NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN LAS MUJERES !
Revista Chiapas
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Chiapas 11 2001 (México: ERA-IIEc)
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